Un día, quise experimentar una manera diferente de quedar vacía, esa manera que pocas personas conocen de quedar en completa armonía, con el danzar del silencio produciendo un dulce sueño a la mente y cuerpo.
Quizá fue para ahorrarme el psicólogo y desde el primer instante fue uno de esos pocos actos que me han servido para seguir completa destrozando todo mi interior para pertenecer a todo dimensión. Así fue como termine escribiendo, como termine enamorándome de la tinta, las hojas y los versos, esos versos tan conocidos pero tan singulares que solo hablan de el, con esto he logrado darle el toque irónico a mi vida encontrándome cara a cara con mi alma en cada noche de luna.
No hay comentarios:
Publicar un comentario